martes, 14 de noviembre de 2017

Las mujeres maras y su tóxico ciclo de vida

Las Mujeres Maras y su Tóxico ciclo de vida

Las mujeres pertenecientes a ‘‘Las Maras’’, debido a su condición de marginación social al pertenecer a estas pandillas letales, y exclusión por parte de las comunidades, viven una continua violencia de sus derechos provocada por el machismo presente entre la cultura denominada y costumbres. 
El machismo juega un papel muy importante debido a que los hombres representan la mayor cantidad de pertenencia a las maras, en cambio, hay muy pocas mujeres formando parte de la misma. Según Rocío Pérez en su artículo ‘‘Mujeres maras y su realidad en las pandillas centroamericanas’’, para la página web Zócalo, dice: ‘‘Para muchas mujeres, pertenecer a las maras significa refugiarse de la violencia cotidiana y fortalecerse frente a las agresiones del entorno (muchas veces cometidas por las pandillas mismas)’’. Lo cual se torna en un círculo vicioso de violencia debido a que estas mujeres cuando se unen a la pandilla por ciertas razones, no logran salir,, debido a que ya están ‘’corrompidas’’ desde los ojos de la sociedad, por lo que su inserción de vuelta a la misma se vuelve complicada y casi imposible por las oportunidades que se les son negadas. Como lo menciona una mujer de cuya identidad fue protegida para mayor seguridad, en el artículo ‘‘Así viven y mueren las mujeres pandilleras en El Salvador’’ de Juan Martínez para la página web Factum; ella menciona lo siguiente: ‘‘Yo los odio. Yo no estoy ahí porque yo quiera. Al principio sí, pero ahora yo estoy obligada. Yo los odio.’’


(‘‘Si no los molestas, ellos no te molestaran’’)

Un caso ejemplificador de esto son las madres adolescentes, preñadas múltiples veces en violaciones o siendo esclavas sexuales. Según Dina Krauskopf en su libro ‘‘Adolescencia y educación’’:
El embarazo temprano  prevalece en adolescentes de bajo nivel socioeconómico, cuya educación se ha visto reducida y, generalmente, ha limitado las posibilidades de alternativas para generar buenos ingresos de las jóvenes y los progenitores de sus hijos. Esta situación lleva a perpetuar el ciclo de la pobreza y las situaciones de dependencia. (2014).
Esto explica el ciclo de vida que pueden llegar a tener las generaciones de mujeres maras, debido a que siguen embarazando y teniendo bastantes hijos como único destino de sus vidas, formar familias que van a terminar siendo disfuncionales ya que alguna identidad familiar será separada ya sea por asesinato o abandono.


Menciona Rocío Pérez en su artículo ‘‘Mujeres maras y su realidad en las pandillas centroamericanas’’, lo siguiente:

 Es un grupo de hombres, configurado por hombres, pensado por hombres y diseñado por hombres, en el que las mujeres son minoría cuantitativa, y en el que no existen razones para creer [… están] todos los estereotipos, prejuicios, desbalances y desigualdades entre hombres y mujeres que prevalecen en la patriarcal sociedad salvadoreña […]. De hecho, el machismo de la pandilla es una réplica, en versión micro, del extenso patriarcado salvadoreño.

 El patriarcado es dominante en las maras, así que esto provoca que la mujer sea visualizada como objeto sexual o entretenimiento temporal, disminuyendo a un segundo plano de importancia y objetivisandolas como la parte ‘‘débil’’ de la pandilla, no es vista como soporte fundamental. 


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